Crecemos juntos

En el colegio, el proceso de crecimiento de las alumnas es muy similar al cuidado de unas flores en un jardín. Así como las flores necesitan tierra fértil, agua y sol para florecer, vuestras hijas requieren un entorno lleno de amor, conocimientos y experiencias que les ayuden a desarrollarse plenamente.

Cada día, en su camino de aprendizaje, van adquiriendo nuevas habilidades y madurando en su forma de ser, de pensar y de relacionarse con los demás. Es un proceso de crecimiento integral, donde no solo crecen en lo académico, sino también en su autoestima, preocupación por los demás, cuidado del entorno y valores.

Comunidad educativa

Este crecimiento no sería posible sin la colaboración de los padres y las profesoras, quienes también crecen y se enriquecen en el proceso. Las docentes, con su dedicación y paciencia, aprenden a entender mejor a cada alumna, fortaleciendo su vocación y ampliando su visión del mundo. Los padres, por su parte, experimentan un crecimiento personal al acompañar a sus hijas en cada etapa, aprendiendo a ser guías y apoyo en sus vidas. Juntos, en esta comunidad educativa, todos se nutren y se fortalecen, creando un ambiente donde el crecimiento es compartido y mutuo.

Así como las flores necesitan cuidado constante para mantenerse vivas y bonitas, el crecimiento de una comunidad educativa requiere compromiso y colaboración de todos sus miembros. Cuando padres, profesores y alumnas trabajan en armonía, se genera un ciclo de crecimiento en el que todos se enriquecen y aprenden unos de otros.

Las alumnas son protagonistas de su vida y, en el despliegue de su capacidad de tomar decisiones libres, padres y profesoras están junto a ellas para facilitar, acompañar, ayudar y apoyar ese crecimiento.

El tilo

El tilo (género Tilia) es un árbol muy apreciado tanto por su sombra como por sus usos medicinales.

Características generales del tilo:
  • Familia: Malvaceae.
  • Altura: Puede alcanzar entre 20 y 40 metros (según la especie).
  • Copa: Ancha, densa y redondeada, ideal para dar sombra.
  • Tronco: Recto, con corteza gris que se agrieta con la edad.
  • Hojas:
    • - Forma acorazonada (en corazón).
    • - Borde aserrado.
    • - Color verde intenso por arriba y más claro por abajo.
  • Flores:
    • - Pequeñas, amarillentas o blanquecinas.
    • - Muy fragantes.
    • - Aparecen en inflorescencias colgantes acompañadas de una bráctea alargada (parece una hoja).
  • Fruto:
    • - Pequeña cápsula globosa, de 6–10 mm, leñosa y con pocas semillas.
  • Floración: Finales de primavera y principios de verano.
  • Madera:
    • - Ligera, blanda y fácil de trabajar.
    • - Muy usada en ebanistería y tallas.
  • Longevidad: Árbol de vida muy larga (puede superar los 500 años).
Ecología y hábitat:
  • Prefiere climas templados.
  • Suelo profundo, fértil y fresco.
  • Tolera bien la sombra en su juventud, pero necesita luz en la adultez.
  • Se usa mucho en parques, avenidas y jardines por su sombra y belleza.
Usos medicinales:
  • Las flores de tilo se usan en infusión (té de tilo) por sus propiedades:
    • - Sedantes y calmantes.
    • - Antiespasmódicas.
    • - Útiles contra insomnio, ansiedad y nerviosismo.

Las características del árbol transmiten valores y cualidades que encajan con la función educativa de nuestro colegio.

El Tilo (árbol) El Colegio “Tilo”
Copa amplia y frondosa: da sombra, cobijo y frescor. Protección y acogida: el colegio brinda un ambiente seguro y cálido para sus alumnos.
Hojas en forma de corazón: símbolo de afecto y cercanía. Educación con valores humanos: fomenta el respeto, la empatía y la solidaridad.
Flores fragantes y medicinales: aportan calma y bienestar. Formación integral: el colegio ayuda a sembrar esperanza, orientar y acompañar en el crecimiento.
Raíces profundas: le dan estabilidad y lo nutren. Fundamentos sólidos: valores y conocimientos que forjan una personalidad madura.
Longevidad: vive muchos siglos. Trascendencia: lo aprendido perdura y deja huella en la vida de las alumnas.
Madera noble y versátil: útil para crear cosas hermosas. Potencia de talentos: el colegio ayuda a cada estudiante a desarrollar sus capacidades creativas.
Busca la luz: necesita claridad para crecer. Aspiración al conocimiento: el colegio impulsa a las alumnos hacia la verdad, la ciencia y la sabiduría.

De esta forma, el colegio Los Tilos se puede presentar como un lugar que nutre, forma y acompaña, igual que el árbol.

El Tilo, con su copa amplia y frondosa, ofrece sombra, frescor y cobijo a quienes se acercan a él. Sus raíces profundas le dan firmeza y lo nutren, mientras sus hojas en forma de corazón transmiten cercanía y afecto. Sus flores fragantes, conocidas por sus propiedades calmantes, aportan paz y bienestar, y su longevidad lo convierte en un símbolo de permanencia y sabiduría, un árbol que guarda la memoria del tiempo y que invita al encuentro sereno con la naturaleza.

Inspirado en estas cualidades, el Colegio Los Tilos quiere ser un lugar donde cada alumna encuentre un espacio para desarrollarse en todas sus dimensiones: académica, humana y espiritual. Al igual que el árbol que le da nombre, el colegio se enraíza en valores sólidos y perdurables, proporcionando estabilidad y confianza a quienes forman parte de su comunidad educativa. Del mismo modo que el tilo busca la luz para desplegar toda su vitalidad, nuestro colegio acompaña a las estudiantes y sus familias en la búsqueda del conocimiento, la verdad y el bien, favoreciendo un aprendizaje que trasciende las aulas.

Así, el Colegio Los Tilos aspira a que cada uno de sus alumnas, como las ramas de este árbol generoso, pueda crecer con libertad, dar fruto en la sociedad y convertirse en fuente de apoyo y esperanza para los demás.

En esta comunidad educativa, alumnas, profesoras y familias crecen juntos, compartiendo experiencias, esfuerzos y logros que fortalecen los lazos de unión. El colegio no es solo un espacio de formación académica, sino también un hogar donde se tejen amistades y relaciones que perduran en el tiempo. Los conocimientos adquiridos, los valores cultivados y los vínculos construidos durante la etapa escolar se convierten en un referente para toda la vida, haciendo que cada alumna pueda recordar con orgullo y gratitud que este fue “el colegio de mi vida”.