Ser alumna de Los Tilos debe ser un sentimiento que marque a las niñas durante toda su vida. Todo lo que han aprendido, el nivel de convivencia que han logrado y la formación en aspectos tan importantes de su vida no deben ver el punto y final el último día de colegio. Desde Los Tilos se potencian actividades para que las antiguas alumnas sigan en contacto, pudiendo continuar la amistad en su nueva vida universitaria o profesional.
Lo realmente bonito del movimiento Alumni es que es algo que sale de forma natural, pues lo que se consigue en un colegio como Los Tilos es crear un sentimiento de pertenencia que son las propias alumnas las que quieren fomentar y mantener. No hay que olvidar que es en la etapa colegial donde se forjan las amistades “de toda la vida”, lo que para el personal del colegio es un reto y, más que nada, un orgullo.
Después de haber pasado por las aulas del colegio, las alumnas forman parte de la historia de Los Tilos, pero el colegio se ha convertido también en parte de su historia personal.
Académica y humanamente el colegio deja huella en las alumnas y, aunque les parezca mentira cuando están aquí, cuando se van lo echan de menos. Por eso, cuando pueden vuelven. Y no sólo de visita.
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